El manejo cuidadoso y la
alimentación de las aves aseguran que la probabilidad de contraer Gripe Aviar
se mantenga al mínimo, pero habrá ocasiones en las que es inevitable. La
enfermedad en aves sanas es bastante simple de reconocer y tratar, pero hay muchos
en que los síntomas se complican y se confunden por tanto en caso de duda,
consulta con el veterinario local.
salud aves la primera
señal de la enfermedad se debe aislar a las aves de sus compañeros. Los signos
de la enfermedad pueden hacer que el ave se sienta las plumas hinchadas y en
general luzca de mal humor, tenga excrementos muy sueltos y a menudo los ojos
llorosos o medio cerrados.
El mejor tratamiento
disponible para un ave enferma es el suministro puntual de calor. Las jaulas
hospitalarias pueden ser eficaces en este tratamiento. La mayoría de las aves
poseen una temperatura corporal de 40 °C (104 °F). Tan pronto como un ave se
enferma su temperatura corporal cae drásticamente y esto debe ser evitado a
toda costa.
La jaula hospitalaria debe
ajustarse a 24 °C (76 ° F). Normalmente un antibiótico suave también ayuda,
pero se debe tener cuidado con cualquier medicamento ya que una sobredosis
puede ser fatal. Los suministros adecuados y exquisiteces colocados en la
jaula-hospitalaria pueden animar al ave enferma para que coma. Se le debe
suministrar mucha agua potable hervida.
Reducir la temperatura de
forma gradual cuando el ave muestre signos de recuperación. La luz en la jaula
hospitalaria debe estar encendida las 24 horas del día para que el ave se
alimente siempre que lo desee. Una vez que vuelva a comer será un signo seguro
de que se está recuperando, pero, no debe incorporarse al aviario hasta que
esté en su estado normal.
Cuando utilices la jaula
hospitalaria asegúrate de que las perchas están cercanas al suelo o elimínalas
por completo si el ave enferma no está lo suficientemente fuerte como para
posarse en ellas hasta que pueda hacerlo. La habilidad de las aves para posarse
otra vez es otra señal de mejora.
LAS PLUMAS Y SU SALUD
El
plumaje es la primera barrera protectora que poseen las aves frente al medio
externo y, al igual que el pelo de los mamíferos, ejerce diversas funciones.
Entre ellas cabe destacar el mantenimiento de la temperatura corporal
(homeotermia) o la comunicación visual con otros individuos de la misma
especie. En este último caso, el aspecto de las plumas reviste especial importancia
en actividades como el cortejo, sobre todo en los machos, ya que aquellos que
presentan mejor condición física suelen exhibir plumajes más llamativos para
las hembras y, por tanto, su posibilidad de reproducirse y trasmitir sus genes
a la siguiente generación es mayor.
Las plumas pueden servir para detectar diversos problemas de salud en las aves.
Nuestro grupo estudia la morfología microscópica de estas estructuras mediante
técnicas histológicas. En estas páginas se ilustran algunos ejemplos de
alteraciones que afectan a dos especies, el estornino negro (Sturnus unicolor)
y el guacamayo azul y amarillo (Ara ararauna), aunque estas pueden observarse
en cualquier otro grupo de aves.
En las plumas de los estorninos negros pueden hallarse artrópodos parásitos
externos, como los piojos masticadores (orden Phthiraptera). También hemos
detectado hongos dermatofitos (como los pertenecientes a los géneros
Microsporum y Trichophytum), que digieren la quitina y alteran las plumas. Otra
patología muy frecuente es la aparición de una serie de líneas, llamadas bandas
de estrés, causadas por la carencia de algunos nutrientes durante el desarrollo
de la pluma. Este fenómeno resulta fácil de observar en el guacamayo azul y
amarillo, donde una mirada cercana permite detectar que las bandas corresponden
a huecos en los que no hay bárbulas.
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Las plumas pueden servir para detectar diversos problemas de salud en las aves. Nuestro grupo estudia la morfología microscópica de estas estructuras mediante técnicas histológicas. En estas páginas se ilustran algunos ejemplos de alteraciones que afectan a dos especies, el estornino negro (Sturnus unicolor) y el guacamayo azul y amarillo (Ara ararauna), aunque estas pueden observarse en cualquier otro grupo de aves.
En las plumas de los estorninos negros pueden hallarse artrópodos parásitos externos, como los piojos masticadores (orden Phthiraptera). También hemos detectado hongos dermatofitos (como los pertenecientes a los géneros Microsporum y Trichophytum), que digieren la quitina y alteran las plumas. Otra patología muy frecuente es la aparición de una serie de líneas, llamadas bandas de estrés, causadas por la carencia de algunos nutrientes durante el desarrollo de la pluma. Este fenómeno resulta fácil de observar en el guacamayo azul y amarillo, donde una mirada cercana permite detectar que las bandas corresponden a huecos en los que no hay bárbulas.
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